No hay quien le Levante
esta liga: Y eso que
volvió a suceder lo mismo de siempre. El Real
Madrid empezaba el partido por debajo en el marcador después de un gol a balón parado de Cabral –la asignatura
pendiente a mejorar este año– que le metía el susto en el cuerpo. Nada más
lejos de la realidad, ya que los hombres de Mourinho, comandados por un Cristiano
insaciable, que ya lleva 27 dianas en solo 22 partidos jugados, volvieron a
remontar con una superioridad apabullante y se agarran a la Liga como a un
clavo ardiendo. El colchón de 10
puntos respecto al Barça le impulsa hacia el título liguero (4-2).
El Zaragoza no se rinde:
Necesitaban una victoria así (o quizás solo una
victoria, a secas) puesto que una derrota casi les condenaba por completo. Buscaban
ese punto de inflexión que les permitiera soñar por la permanencia, y lo encontraron nada más y nada menos que en uno de
los estadios más difíciles del campeonato: en Cornellà-El Prat ante un Espanyol europeo. Quizás ver la oportunidad
de conquistar puestos Champions peso mucho en las mentes de los pericos, poco
acostumbrados a tales alturas en la tabla. Los maños se llevaron el gato al
agua en un partido muy igualado que decidió un testarazo de Da Silva y un gol
de Juan Carlos cuando el match llegaba a su fin (0-2).
Lo peor:
El Reyno del Barça se congela: Al menos en la Liga, puesto que los desplazamientos lejos del Camp Nou le están resultando muy caros a los azulgrana. Se les nublan las ideas, se colapsan, se congelan. Así de fríos se quedaron los culés al ver como en el banquillo se quedaban pesos pesados como Xavi o Cesc y que en 20 minutos ya perdían el partido por 2-0 y también todas las opciones de revalidar el título liguero. Guardiola, lejos de arrugarse, volvió a apostar en la segunda parte por los jóvenes y sacó a Tello, que marcó, y Cuenca –los mejores del partido junto con Alexis–. Con 3-2 después de una segunda parte no apta para cardíacos, no podía faltar la polémica. Un gol anulado a Alexis a diez minutos del final sembró la discordia. No hubo tiempo para más. El Barça, a -10 del líder.
Debut amargo: Míchel llegó al Sevilla después de la destitución de
Marcelino y ya sabe que debe trabajar largo y tendido para devolver la ilusión
a los aficionados sevillistas. Su equipo, con muchas lagunas, fue vapuleado por una Real
Sociedad a la que solo le bastaron dos cosas: ser atrevida y Rubén
Pardo. El chaval se echó el equipo a la espalda, dio un recital en el
mediocampo y redondeó la fiesta txuri urdin
con un golito. Y con 19 años, casi nada (2-0).
El chicharro:
Va de
misiles. El primero del pichichi Cristiano
(4-2). El segundo de Rubén
Pardo (2-0) y el tercero de Nélson
(2-1).